Pregón 2.011

 

 

Pregón de la Semana Santa 2.011 a cargo de:

D. Marcelino Casas Puente.

Director de la Casa Sacerdotal de Toledo.

Párroco de Quintanar de la Orden desde 1988 hasta 2006

26/03/2.011

Buenas tardes.

 

Mis más cariñosos saludos a ...

 

Me uno a todos los saludos que recoge vuestro libro “Semana Santa 2011”: Nuestro Arzobispo Don Braulio os recuerda la reciente Visita Pastoral que ha tenido en esta Parroquia y os anima a vivir la Resurrección como el día primero de la nueva vida. Los Sacerdotes de la Parroquia os motivan para vivir la Semana Santa como ocasión para RECORDAR lo que ocurrió y también ACTUALIZAR el misterio de salvación de Jesús de Nazaret, también hacen una llamada especial a los JÓVENES COFRADES al celebrarse en el próximo agosto la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. También he visto en el saludo del Sr. Alcalde la cariñosa hipérbole al calificar nuestra Semana Santa como “una de las mejores de España”.

 

Hace unos meses Santiago Añover, como Presidente de la Junta de Cofradías, me pidió ser el Pregonero de esta Semana Santa. Inmediatamente acepté, porque me considero un quintanareño más con las raíces que me dan los 18 años que he vivido apasionadamente, y no es un cumplido, entre vosotros como Párroco.

 

Me he preguntado ¿qué es ser pregonero?. El diccionario me ha contestado así: “promulgación o divulgación de una noticia, aviso o hecho, que se hace en alta voz y en un lugar público, para hacerlo saber a todos”.

 

Ya sé que el mensaje central de la Semana Santa es conocido por todos vosotros: celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Todos los acontecimientos grandes necesitan ser anunciados con frecuencia y de muchas formas, para que pasen del amor entrañable y escondido del corazón a la proclamación. De ahí la costumbre de los pregones repetidos todos los años. El mismo mensaje pero con la vivencia diferente de cada pregonero.

 

Con vosotros he vivido la Semana Santa 18 años. Por esta razón evitaré en mi pregón recordar nombres propios, ni de los de antes, de los que varios ya gozan de la eternidad, ni de los de ahora. Tampoco aludiré a Pasos, ni a Cofradías concretas. Con todos he trabajado y para todos he intentado ser el hermano mayor en la fe como Párroco.

 

La historia de un pueblo es como una cadena. Un eslabón aislado sirve para muy poco. Unido a otros hace la cadena de la

historia. La Semana Santa es un eslabón en la historia de Quintanar.

 

1.- LA SEMANA SANTA ES ...

La Semana Santa es en primer lugar, y esto no podemos olvidarlo, una manifestación religiosa en la que celebramos, ante los ojos de nuestra fe, la PASION, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO, porque desde el punto de vista religioso,

desde el interior de cada uno, no hay diferencias. Para un cristiano la Semana Santa de hace treinta años tiene el mismo significado, la misma liturgia, el mismo mensaje que puede tener hoy y el que tendrá cuando pasen otros treinta años. La fe en Cristo, la enseñanza y el ejemplo que nos dio con su vida y muerte, la esperanza en que su Resurrección será también la que abre una nueva y apasionante puerta a la vida. Eso no ha cambiado y no va a cambiar nunca. Entre todas las semanas del año, la más importante para los cristianos es la Semana Santa, que ha sido santificada precisamente por los acontecimientos que conmemoramos en la liturgia y consagrada a Dios de manera muy especial. La Iglesia, al conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, se santifica y renueva a sí misma.

 

Esta semana se conoció también antiguamente como "la semana grande". Es, en efecto, una semana grande, puesto que constituye el centro y el corazón de la liturgia de todo el año. En ella se celebra el misterio de la redención. Los cristianos de la antigüedad estaban bien persuadidos de su grandeza; un escritor de los primeros siglos la resumió en esta frase lapidaria: "Pascua es la cumbre".

 

Durante la Semana Santa, la Iglesia sigue las huellas de su Maestro. Las narraciones de la pasión cobran nueva vida, como si los hechos se repitieran efectivamente ante nuestros ojos. Todos los acontecimientos que conducen al arresto, al proceso y a la ejecución de Jesús son recordados y celebrados. Paso a paso, escena por escena, seguimos el camino que Jesús realizó con sus pies durante los últimos días de su vida mortal.

 

La liturgia de la Semana Santa surgió con la devoción de los primeros cristianos en Jerusalén, donde Jesús sufrió su Pasión. Se motivaban en la fe con la la visita de los lugares de la Pasión: Getsemaní, el Pretorio, el Gólgota, el Santo Sepulcro. Es verdad que los cristianos de Jerusalén tenían la ventaja de estar más cerca del Señor en el tiempo y en el espacio; pero no por eso nuestra devoción ha de ser menor. Después de todo, nosotros participamos en los misterios de Cristo no mediante imaginación o sentimiento, aunque también éstos tienen su cometido, sino por la fe.

 

2.- EN LA SEMANA SANTA VIVIMOS UNA TRADICIÓN DE FE Y UN MEDIO PARA EVANGELIZAR

La Iglesia vive un mandato de Jesús y está comprometida con una Evangelización. Intenta llevar de muchas formas y maneras el Mensaje Salvador de Dios a los hombres de nuestro tiempo...

En la Comunidad cristiana de Quintanar se educa en la fe, se evangeliza por muchos cauces y medios. También entran, como cauce de vivencia y transmisión de fe, las diversas Cofradías con sus extraordinarios desfiles procesionales.

Y hago alusión a las palabras que el Papa Benedicto XVI dirigió a las hermandades en un encuentro de Roma:

- La Iglesia necesita a las Cofradías para llevar el anuncio del Evangelio de la caridad a todos. Vuestras Cofradías, deben seguir siendo escuelas populares de fe vivida y talleres de santidad; deben seguir siendo en la sociedad "fermento" y "levadura" evangélica, contribuyendo a suscitar la renovación espiritual que todos deseamos.

 

En el libro sagrado del Éxodo, 13, 14-16, nos refleja cómo los gestos oracionales son medio para transmitir la fe en el en ámbito familiar: “cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: ¿qué significa esto?, le dirás: “CON MANO FUERTE NOS SACÓ DIOS DE LA ESCALAVITUD DE EGIPTO, por eso nosotros hoy ofrecemos sacrificios a nuestro Dios”.

 

En cuantas familias de Quintanar se transmitirán los primeros signos de la fe al preguntar los niños: por qué este hábito en casa... por qué esa fotografía en el comedor... por qué me apuntaste a esta Cofradía... por qué...

 

Otra experiencia de fe nos la da el Salmo 43. El creyente judío reza “Oh Dios, nuestros oidos lo oyeron, nuestros padres nos lo han contado...Dios ha sido siempre nuestro orgullo, y siempre damos gracias a su nombre”.

 

En Quintanar podéis decir con razón: desde pequeño lo ví, en familia lo viví y en el pueblo lo celebré.

La Semana Santa es de HOY y de AYER.

 

3.- ADMIRABLE EL TRABAJO DE TODOS LOS COFRADES...

Les manifiesto a todas las Cofradías y a sus Cofrades, así como a la Junta de Cofradías, que continúen su fructífera labor en la tarea, no sólo de coordinar todos los actos de nuestra Semana Santa, sino también, en la de engrandecerla cada vez más, llenándola de contenido y sentido, sabiendo respetar y transmitir sus hondas raíces religiosas.

 

El trabajo del cofrade ha de mirarse en el espejo de Jesús; tiene que parecerse a Jesús e imitar su ejemplo: la sencillez, la humildad, el sacrificio, el esfuerzo y el trabajo abnegado sin esperar nada a cambio.

 

Las cofradías son grupos de hermanos cristianos que recuerdan, celebran y se unen a la pasión, muerte y resurrección del

Señor. Una cofradía aparte de ser una asociación religioso-cultural es un testimonio de fe, una manifestación de sentimiento religioso.

Es un hecho evidente que la Semana Santa forma parte inherente de la vida e historia de Quintanar.

 

No podemos olvidar la dedicación y el esfuerzo de muchos días de ensayo de las bandas, robando tiempo al ocio, a la familia. Que detrás de cada túnica que vemos en las procesiones está el cariño de una madre, o de una esposa que la ha preparado con esmero. Pensemos en esos cofrades que convierten su actividad en estos días en un continuo trabajo.

Labor dura la de la Junta de Cofradías. La de las Juntas de cada Cofradía.

La de los componentes de las Bandas de Cornetas y Tambores.

La de cada Cofrade.

No quiero olvidar la participación de todos los espectadores de los desfiles procesionales.

Y sobre todo alabo la participación de todos LOS ORANTES y participantes en las diferentes Celebraciones Litúrgicas, causa y raíz primera de los desfiles procesionales. TODOS SOIS SEMANASANTEROS INFATIGABLES. TODOS FORMÁIS EL PUEBLO DE DIOS EN MARCHA VIVIENDO EL MENSAJE CENTRAL DE LA SEMANA SANTA.

 

4.-LA CRUZ, EN EL CENTRO

La cruz es la grandeza más impresionante para los cristianos. Pero los hombres de ayer y de hoy preferimos callarnos y no

mirar de frente a la cruz de Cristo. No nos atrevemos a mirar a la cruz de Cristo porque en ella vemos otras muchas cruces. La actitud de un cristiano ante la cruz no puede ser ni de indiferencia ni de cobardía, ni de evasión, ni de miedo. Debemos mirar a la cruz en profundo silencio, con humildad, reconociendo nuestras propias culpabilidades. Pero si al mirar a la cruz nos reconocemos cómplices de otras cruces, culpables del egoísmo, de la injusticia, del sufrimiento de otros «cristos vivientes» de nuestro mundo y nuestra sociedad, incluso de nuestro pueblo, Jesús nos mira y nos perdona.

 

5.- UNA TAREA: UNIR NUESTRAS CRUCES A LA DE CRISTO...

Cristo murió por nuestros pecados de una forma violenta y él nos enseña no a devolver la violencia sino que convierte su muerte en una intercesión ante Dios, el Padre común, por nosotros. Esa es nuestra Redención.

 

Cristo nos confía desde la cruz a cada uno de nosotros una tarea en nuestra vida personal. En nuestra familia, en el ámbito de nuestras amistades, en nuestro lugar de trabajo. Pienso en tantas familias rotas. En tantas enfermedades no aceptadas, en los resentimientos que se meten dentro de los seres humanos. Cuántas de estas cruces caminan por nuestras calles..

 

Cristo desde la cruz nos anima a juntar nuestras cruces y no solo la nuestra con relación a la suya. Y nos invita a poner en

ella, como hizo Él primero, la semilla del amor y la esperanza. Y que se convierta en un modelo de vida. Porque el verdadero amor se prueba en la cruz. Piensen que Jesús en su pasión ama al ser humano como es, le ama con su pecado, con su alejamiento de Dios, con su tragedia. Lo ama en toda su realidad más amarga y más dura.

 

En nuestro propio entorno buscamos la gratificación, la afirmación de nosotros mismos y a menudo no aceptamos a las personas que tenemos cerca tal como son, en su propia realidad. Queremos que sean de otra forma y nos revelamos contra

ellas. Cuántas veces ante la cruz del sufrimiento de la enfermedad de un familiar o de nosotros mismos procuramos cerrar los ojos en vez de afrontar la realidad y mirarla aferrados estrechamente a la cruz del Señor. Son muchas las realidades sencillas de nuestra vida diaria en las que Jesús desde la cruz nos pide que hagamos una profunda conversión personal, que nos pongamos de verdad de rodillas ante la Cruz.

 

Una llamada a las Cofradías. Desgraciadamente, en este mundo del progreso lleno de contradicciones, en esta nueva era de la comunicación cada día contemplamos atónitos imágenes que nos hablan de pobreza, de miseria, de plagas, de enfermedades, de niños que mueren porque no tienen que comer en esos países del tercer mundo. Hagamos nuestro el objetivo, aunque solo sea testimonialmente, para empezar a luchar por erradicar la pobreza, el hambre y la muerte en esos países, acerquémoslos a nuestras posibilidades, compartamos con ellos. Con cariño recuerdo vuestras colaboraciones con Caritas y Manos Unidas, que son mano larga de vuestra misma Parroquia en la atención de los pobres, seguid en ese camino. El misterio de la cruz se renueva en todos los que se sienten excluidos y en aquellos a los que la sociedad les hace sentirse como tales. Los minusválidos, drogadictos, inadaptados...

 

La pasión del Señor no solo nos enseña a ver al que sufre, no solo nos impulsa a socorrerlos, también nos impulsa a amarlos y a poner gestos de perdón y de oración como el de Cristo al morir. Eso es una buena noticia.

 

6.- QUEDAN ASIGNATURAS PENDIENTES...

Las cofradías, deben proponerse colaborar en la tarea de la formación cristiana de los miembros que la forman, empezando por los que ostentan responsabilidad en las Juntas de Gobierno, dando testimonio y conociendo que sus actitudes y comportamientos han de servir de ejemplo y estímulo a cuantos les observan. Y para ello se hace preciso una sintonía entre las cofradías y la Parroquia de la que forman parte, una sintonía que debe hacerse patente en la asistencia a los cultos y a los actos que se programan. Una sintonía sin la que no podremos llegar a conseguir que la Semana Santa sea lo que tiene que ser, baluarte y expresión de la religiosidad popular, del Pueblo de Dios en la calle.

Leer el Evangelio como luz de nuestro ser Cofrade...

 

7.- EL FINAL SE LLAMA RESURRECCIÓN.

Cristo no acabó su acción salvadora en la Pasión, ni en la Muerte del Viernes Santo. ¡Resucitó!. Esta es la gran novedad de la Vigilia Pascual, que cargada de gozo y de esperanza, rompe el silencio y rasga las tinieblas, para anunciarnos la Buena Noticia. Quien no ha mirado de frente a la cruz del Viernes Santo, no puede ver tampoco la novedad de la Resurrección.

 

Esa noche, que para muchos es una más, para nosotros es la Noche Santa por excelencia, el quicio que divide a la historia en un antes y un después, el comienzo de un nuevo caminar hacia la luz y hacia la vida. Ningún cristiano puede sentirse ausente de la alegría de esta noche. Debe ser para nosotros la Noche Santa, pues no en vano renovamos nuestro bautismo. Necesitamos morir cada año, porque cada año tenemos necesidad de resucitar a la maravillosa novedad que hay en nosotros.

La resurrección responde a los más fundamentales y profundos interrogantes del hombre de hoy.

 

Termino. Ante nosotros: la Semana Santa en los Templos de nuestra Parroquia con la Celebración de los Oficios Litúrgicos, Semana Santa en la calle con los desfiles procesionales, Semana Santa en el interior de cada uno por la fe. Tres dimensiones de nuestra celebración cristiana, tres dimensiones paralelas, pero inseparables.

 

Llegamos a la Semana Santa. Vivámosla de verdad.

 

Muchas gracias.